El proyecto se sitúa en la ciudad de Tarragona, en un solar de titularidad departamental, que se encuentra en una zona de crecimiento en forma de ensanche que arranca desde la Plaça de les Corts Catalanes, de forma adyacente al parque del río Francolí.
Volumétricamente, el edificio del Centro Abierto tendrá dos cuerpos dispuestos en el sentido longitudinal del solar y uno en planta baja de forma perpendicular al mismo a modo de acceso. Esta disposición de volúmenes de diferentes alturas permite la generación de tres patios, los cuales permiten una correcta iluminación natural de las estancias del edificio.
La envolvente general del proyecto genera un elemento claro y texturizado que se apoya sobre un zócalo oscuro. Esta estrategia se traduce a nivel constructivo en dos materialidades diferenciadas: obra vista en planta baja, y una pieza cerámica de sección curva en el cuerpo superior.